lunes, 11 de agosto de 2014
Miércoles 6 y jueves 7 de Agosto de 2014. Los chicos hablan sobre “Los lobos de la pared”.
Desde que iniciamos este proyecto, este libro se encontraba en la “Biblioteca del Lobo” pero aún no lo habíamos leído. Frente a la inquietud de varios alumnos les prometí que a la vuelta del receso lo leeríamos.
El primer día que volvimos de las vacaciones de invierno, se acercó Máximo y me preguntó: ¿Vas a leer los lobos de la pared?-. Yo le contesté: Más adelante. Y ¿cuándo va a ser eso?- insistió-. Tenemos que leer muchos libros más de lobos, Caperucitas, cerditos…
Él no se quedó conforme con mi respuesta pero se fue.
Al día siguiente se acercó Agustina y me preguntó: ¿Vos no dijiste que cuando volvíamos de las vacaciones nos ibas a leer el cuento de lobos en la pared? Yo sonreí, y Maxi se sumó al reclamo y gritó: Sí, vos dijiste eso. ¡Aparte ya leímos todos los cuentos de la canasta! Ante semejante grito de Maxi se fueron sumando de a uno a la petición. Y tenían razón. Ya habíamos leído más de treinta historias de Caperucitas, lobos, chanchitos, cabritos. En ese instante sentí que el momento había llegado. Y creo que no me equivoque.
Por qué no me decidía a hacerlo se preguntarán. Simplemente porque me parecía que no todos querían leer este libro. Pero había estado equivocada. No obstante, Guada, frente a sus compañeros en vos alta dijo: ¡Yo no lo quiero leer! Me da miedo. El grupo en su mayoría comenzó a gritar frases como: ¡No da miedo! ¡A mí me gustan los cuentos de miedo! ¡Yo lo quiero leer igual!
Ante esta situación invite a todo el grupo a leer el cuento pero el niño/a que no quisiera podía ir con la Señorita Marita (auxiliar de la sala) a realizar otra actividad. En ese momento sólo Guada salió de la sala y nosotros nos dispusimos a inicial la lectura.
Y a modo de reflexión y justificando todo el material de lectura seleccionado, incluyendo este último, deseo reproducir las palabras de Ana Siro en su publicación en la revista Novedades Educativas acerca de “Los materiales de lectura para bibliotecas de aula. Su idea acerca de la literatura infantil, es similar a la que expresa también Marcela Carranza cuando habla de la literatura al servicio de los valores y el peligro que esto implica.
Ana Siro escribe:
“…Mucho de lo que se ha producido y se produce en el mercado editorial destinado a los niños está fuertemente cargado de intención didáctica, cargado de moralinas y de mensajes.
Cuando el autor escribe con la intención de transmitir un mensaje del cual espera una única interpretación no hace literatura y, por sobre todo, no respeta a los lectores.”
Finalmente cita a Graciela Cabal (1996):
“Creo que la literatura infantil, antes de infantil, es literatura…El mensaje no es literatura, ni en la literatura para grandes ni para niños. Sencillamente no funciona así. No hay ambigüedad, ni pluralidad textual, ni ninguno de los elementos de la literatura. En cambio, todos nosotros conocemos textos para niños, desde hace años, que son verdadera literatura. Que no se achica, ni se escribe con palabritas, sino que se escribe de verdad, con palabras de verdad…”
Sin embargo le tengo que comentar que el cuento lo leímos en dos días por su extensión. Y para la sorpresa de todos les voy a contar que hoy 7 de agosto finalmente Guada quiso sumarse a la lectura. Le pregunté qué había pasado que quería escucharlo. Y ella me contestó que ya no le daba miedo, porque sus compañeros le habían contado que no daba miedo. Y como leer literatura nos representa un desafío les voy a compartir las “lectura” realizadas por los niños a través del compartir y reflexionar sobre todos los textos leídos juntos, la observación de las imágenes y la imaginación.
Jueves 7 de agosto de 2014
EN EL MOMENTO JUSTO DESPUÉS DE HABER TERMINADO DE LEER EL CUANTO…
Maxi: Es como Lucy que es Caperucita, el cerdito de los tres chanchitos y el lobo es malo.
Jere: ¡No son malos! Porque dice si aparecen humanos en la pared todo está perdido. ¡No rompieron el cerdito!
Galo: No se comieron a la familia.
Guada: No es igual porque a los lobos le da miedo los humanos.
Lautaro B: ¡Se asustaron porque salieron de la pared y pensaron que eran cazadores!
Todos asintieron a esta observación de Lautaro que los dejó pensando y se hizo un silencio.
Y luego Fede dijo: En el cuento de los cerditos son tres y un lobo; y en este, son muchos lobos y un cerdito.
Benja siguiendo con la idea de retomar otras lecturas sumó al comentario de Fede: Hay tres cuentos de los cerditos; el del dragón (Los tres cerditos de David Weisner. Ed. Juventud); el de la casa de paja, madera y ladrillo (Los tres chanchitos Adap. Ranzoni Ilust. Zain Ed. El gato de hojalata) y este. Hay muchas colecciones de Caperucita Roja- agrega.
En este momento nos detenemos y les pregunto qué es una colección.
Galo: es un libro parecido.
Y yo le pregunto cómo es eso de que es un libro parecido. A qué se refería. Pero se queda callado.
Entonces les muestro los libros de nuestra biblioteca y le pido a Galo si él podría encontrar una colección de cuentos. Él me dio que sí.
Y tomó por un lado la colección de Alfagura Infantil Serie Amarilla y por otro la colección Buenas Noches de la Ed. Norma. Aquí les propongo dejar el tema y retomarlo en la próxima visita a la biblioteca escolar para poder observar otras colecciones.
Y proseguimos con el tema. Les pregunto: ¿Cómo termina este cuento?
Jere inmediatamente responde: Que encontraron elefantes en las paredes.
Maxi se dirige a mí y me dice: Tenés que comprar la otra colección.
Fede agrega: Hay otro cuento de esos – y señala el libro- que es “Elefantes en las paredes”.
Entonces yo le respondo a Maxi: ¿Vos me querés decir que compre el libro de “Elefantes en la pared” como dice Fede? Y el asiente con la cabeza confirmando mi pregunta. En ese momento les pregunto por qué creen que es necesario un libro con el título que ellos dicen.
Jere me contesta: Porque termina como el cuento de Caperucita Blanca. Y nosotros lo tuvimos que terminar.
Benja: Tiene un final que sigue.
Yo les comento que los cuentos cuando terminan así se dice que tienen un final abierto.
¿Y en qué parte se dan cuenta que tiene un final abierto?
Maxi: Cuando Lucy le habla a su cerdito.
Jere interrumpe y dice: El cerdito no hablaba en el cuento. Era un peluche, porque no hablaba.
Maxi se exalta y le contesta: A Lucy le hablaba, porque era de ella.
Joaco interviene: No, no hablaba.
Y Jere suma diciendo: No hablaba, en el comienzo no le contestaba.
Pero Maxi le pregunta pero inmediatamente él mismo le contesta: ¿Y en la última parte? ¡Sí le hablaba!
Aquí intervengo y convoco al resto para participar en esta discusión acerca de la cuestión si el cerdito habla o no habla.
Y Benja aporta: Tal vez, Lucy dijo algo al cerdito como si fuera real.
Leandro haciendo referencia a las imágenes comenta: en la primera página del cuento parecía real el cerdito –buscando en el libro la primera página- y en ésta es un dibujo- destacando la imagen donde Lucy está acostada en el jardín.
Joaquín: Lucy se durmió ahí, en el piso.
Guada hace referencia a esa imagen y dice: Lucy está despierta. Porque tiene los ojos abiertos. La rama es el lobo y que se come al chancho. Lucy lo piensa.
Zoe agrega: En la primera es un peluche, no es de verdad. Es una foto.
Y yo vuelvo a preguntar: ¿Pero al final, que opinan, el cerdito habla o no?
Zoe me contesta: Se está preguntando a ella misma.
¿Qué es lo que se pregunta?- le digo.
Si le cuenta la familia que hay elefantes en la pared- responde ella.
Leandro varias veces interviene cuando sus compañeros hablaban haciendo referencia a que los lobos miraban la tele, pero hasta ese momento nadie le había prestado atención. Vuelve a repetirlo y yo le pregunto dónde vio eso. Y busca la página donde los lobos están en la casa usando todas las instalaciones y mirando la tele efectivamente.
Y, ¿qué están mirando?- pregunto.
Leandro dice: A cerditos que los quieren comer.
Maxi corrige diciendo: ¡Son conejos!
Leandro se acerca a libro para mirarlo mejor y dice: A ver…
Y Jere agrega: A los lobos le gusta comer conejos.
Lean recuerda: Lo de la tele con los conejos es como el libro que nos prestó Vero (bibliotecaria) que explica que los lobos comen conejos- haciendo referencia al libro Lobos de Emily gravett de Ed. Macmillan).
Jere cerrando una trama de este tejido literario dice: Porque está en cuento de los tres cerditos, el del conejo, Caperucita Roja, todos.
Benja: Esos son los primeros cuentos que tienen lobos.
Zoe: El original.
Y así logramos definir los cuentos tradicionales y sus versiones en un intercambio que duró aproximadamente cuarenta minutos de suma participación.
Pero los niños inquietos y curiosos siempre están pensando y dándole una vuelta más a la página.
Finalizada la actividad Federico se para y dice frente a todos luego de haber trabajado exhaustivamente con las imágenes de este libro y que alcancé a registrar sólo algunas intervenciones: ¡Otro día podríamos inventar un libro sin letras!
Y Agustina comenta: ¡Yo tengo uno!
¿Querés traerlo?- le digo. Y ella me responde que sí.
Por lo tanto, seguimos leyendo…
Hasta la próxima.
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1 comentario:
cuanta imaginación tienen los chicos y una maravilla la interpretación de los cuentos. los felicito!!!!
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